Esta es la historia de una polilla que nació la última en un primero de mayo y murió la tercera un día dos después de haberse dado trompazos apasionados contra toda lámpara emcendida que pillaba a su paso y haberse posado en una sábana con olor a flor nenuco. Antes de morir fue entrevistada:
- Qué sientes cuando te das un trompazo contra las lámparas.
- No te sé explicar, es una semsación maravillosa, un éxtasis, una pazada, se me funden los sentidos.
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